En muchas ocasiones escuchamos a gente quejarse o poner impedimentos o excusas cuando se les dice que deben diferenciar su producto, que deben trabajar para encontrar ese enfoque que les permita ser distinto. Se alega que es más fácil cuando es un producto tecnológico, un símbolo de estatus, etc. No es verdad. Todo se puede diferencia, hasta lo más básico. Es cuestión de trabajar e investigar en el mercado. Es lo que ha logrado Mayonesa Calvé
Un ejemplo de ello lo estamos viendo ahora mismo en las televisiones con el anuncio de mayonesa Calvé. ¿Puede haber un producto más básico que la mayonesa? Pues le han encontrado un enfoque que les
permite ser distintos en las mentes de los consumidores. Su mahonesa está hecha con huevos de gallina de corral.
Este enfoque les permite ser percibidos como diferentes, sanos y saludables. ¿Realmente lo son? La verdad, no tengo ni idea. No sé si es más sano un huevo de corral o uno de… donde sea, pero desde luego la percepción es esa, y en marketing la percepción es la realidad. Yo, si llegase al lineal y viese todos los productos con precios similares, compraría esa mahonesa, parece mejor.
¿Hay más productos básicos que se podrían diferenciar? Por supuesto. ¿Para cuándo unos zumos hechos con frutas procedentes de plantaciones ecológicas? Es cuestión de trabajar las ideas y no quedarse con lo primero que nos llega a la mente.
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