Ley de los Recursos. Sin los fondos adecuados, una idea no despegará del suelo.
La Ley de los Recursos nos muestra una cruel realidad. Sin el dinero suficiente no hay idea, por buena que sea, que despegue del suelo. Muchos idealistas piensan que todo lo que necesitan es una idea, la gran idea, y que a partir de ahí todo va a ir rodado. No es así. No basta con que te apoyen los mejores consultores, los mejores técnicos o los mejores informes, sin dinero no se llegará a ningún lado.
Por supuesto, financiación ajena a través de préstamos bancarios, socios financieros, las tres “F” (Family, friends and Fools), etc., pueden ser una solución, pero el que tenga lo justo para lanzar su idea es mejor que se lo piense dos veces. Excepciones siempre hay, pero no dejan de ser eso, excepciones. Siempre ocurren gastos no previstos inicialmente, por lo que no basta tener lo justo. A todo esto hay que añadir a una competencia feroz y con recursos, “encantada” de que alguien más débil se meta en su jardín dispuesto a llevarse un pedazo del pastel. El débil no va a durar.
Una idea sin dinero no vale nada.
Todo aquello que queramos llevar a cabo va a necesitar recursos, por lo que es preferible una idea mediocre perfectamente implementada, que una idea brillante mal implementada. Si quiere tener éxito debe encontrar el dinero que mueve sus engranajes.
Como ejemplo, no quiero ir muy lejos y voy a poner uno muy cercano, la empresa que monté en unión de unos amigos. Además de otras muchísimas carencias, carecíamos del dinero necesario si surgían imprevistos. Por supuesto estos surgieron y no pudimos ni supimos hacerles frente. Ahora una buena idea es historia.
Para finalizar quiero añadir una frase muy esclarecedora que dijo el genial Peter Drucker: “Montar un negocio sin dinero, es como meter un pollo en el horno y no encenderlo”.
Una cosa que tienen los grandes es que explican las cosas claramente y de forma que parecen sencillas.
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