Las empresas, a la hora de innovar, pueden optar por dos tipos de estrategias. Una se basa en innovaciones disruptivas y provienen del famoso momento “Eureka”. Esta puede hacer ganar mucho dinero a las empresas al crear correcta Gestión de la innovación y conseguir una innovación realmente rompedora en el mercado, pero no tiene porque ofrecer ninguna estabilidad.
Para que las empresas puedan aprovechar los productos o servicios introducidos por el momento “Eureka”, hace falta que éstas tengan unas determinadas características, ya que no es sencillo que en el interior de las empresas sean bien recibidas las ideas disruptivas. Entre las características que son necesarias estarían, entre otras, la valentía, la aceptación del cambio, la predisposición a apartar lo antiguo para dar lugar a lo nuevo, ser capaz de escuchar a todos los miembros de la organización, etc.
Estoy seguro de que todos los días surgen momentos “Eureka” en muchas empresas, pero éstas no llegan a nada por falta de una correcta Gestión de la innovación, confianza, rigidez en las comunicaciones, paradigmas estancos, etc.
Por el contrario, la innovación continua siempre es rentable y proviene del trabajo diario, de la capacidad de adaptarse a las circunstancias, de la valentía de atacarse uno a sí mismo, de la escucha y de la actitud proactiva (entre otras). Ejemplos de esto los encontramos en Gillette, Virgin, etc.
Por lo general, las empresas que tienen una estrategia de innovación continua saben aprovechar los momentos de innovación disruptiva, sin embargo, las empresas que dependen del momento “Eureka”, o no lo aprovechan todo lo bien que podrían hacerlo o directamente no saben qué hacer con el éxito y éste se acaba diluyendo.
La estrategia de innovación de una empresa no debe basarse en la búsqueda del momento “Eureka”, la llegada de este momento debe encontrarnos trabajando, de esto sabe mucho Guzmán López.
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