Hace unos días un amigo y profesional de estas cosas que hacemos en los medios digitales (pero especializado en otras parcelas) me hacía la siguiente pregunta ¿Me creo una Página de Facebook, convierto mi Perfil en Página o sigo con mi Perfil?
Lo que estaba planteando eran distintos escenarios para una misma realidad. El caso era, como a muchos les ocurre, que su perfil lo estaba utilizando de una forma pseudo profesional, no colgando prácticamente nada personal, y utilizándolo para hacerse eco de sus acciones formativas y profesionales, también como respaldo de determinadas acciones que llevaba en otras redes sociales, por ejemplo (lo que hacemos muchos) el compartir en Facebook una foto que hemos realizado en Instagram.
Ante esta situación él pensaba que lo suyo era crear una Página de Facebook. En cierto modo era lo más correcto y tenía razón, está haciendo un uso profesional, muchas de las interacciones que tenía en su perfil eran consultas de alumnos o gente que provenía de su web, y por otro lado su hartazgo con Facebook era más que evidente, así como tampoco le importaba perder interacciones con la gente o “amigos”, el que quisiera llegar a él e interactuar… que fuese a través de la página. Hasta aquí perfecto.
En principio una página respondía a sus necesidades y además le ofrecía la posibilidad de personalizar con aplicaciones, programación de publicaciones, analítica, etc., lo que todos sabemos y que es tan estupendo. Ahora la cuestión era ¿Creamos una Página nueva o convertimos el perfil en Página? Para las dos cosas tenemos sus pros y contras.
- Si creamos una página nueva tenemos un lienzo en blanco, pero tan en blanco que no hay nadie, el efecto discoteca vacía, etc.
- Si convertimos el perfil en página nuestros contactos pasan a ser seguidores de la página, pero es que igual no quieren ser seguidores de una página y si ser amigos nuestros, las visualizaciones de nuestras publicaciones van a caer en picado, vamos a necesitar crear un perfil para esa página,…
Teniendo todos estos factores en cuenta, pero sobre todo teniendo en cuenta e factor de las visualizaciones de las publicaciones que tienen las páginas en Facebook, mi recomendación fue que hiciese un uso profesional de su perfil.
En un sentido estricto quizás no sea lo correcto, soy consciente, pero no deja de ser una persona (no una organización, empresa, grupo de intereses ni nada por el estilo) que comparte sus inquietudes personales y profesionales, aunque sí que es cierto que no en la misma proporción, dando un mayor peso a las profesionales. Pero qué queréis que os diga, creo que no está de más hacer un uso “egoísta” (Facebook lo hace mucho más con nosotros) de la red social y utilizarlo para nuestros intereses.
Si de algo podemos estar seguros es de que si utilizamos la página nuestras publicaciones las van a ver inicialmente, y siendo generosos, el 4% de la gente (la imagen anterior es de febrero y podemos estar seguros que Facebook ha reducido el porcentaje de exhibición en la página de inicio). Así que siendo personas y no siendo una persona público (deportista, personaje público, periodista de televisión, etc.) ¿Por qué no aprovechar los perfiles personales?
Vale, perdemos las estadísticas, perdemos la personalización, la programación la podemos hacer desde otras vías no tan cómodas pero… ¿no compensa de sobra por la visualización y alcance que vamos a conseguir? Es mi página, la analítica ya la haré con un Excel si me interesa.
Yo tengo mi página de Facebook (https://www.facebook.com/alvarovalladaresmarketing) y, aunque la utilizo, reconozco que ya no tanto como lo hacía antes por el cabreo que me provoca los cambios de la red social buscando únicamente su propio interés a costa de empresas, personas y el que se le ponga por delante.
Mi filosofía con Facebook ahora mismo es utilizarlo de igual forma que la red social me utiliza a mí. ¿Cómo puedo conseguir mis objetivos de la mejor forma y sin incumplir los requisitos? Pues eso es lo que haré, aunque eso pueda significar estar en ocasiones cerca del borde.
No nos olvidemos de que es una herramienta y las herramientas están para utilizarlas mientras nos convengan. El día que nos interesa más otra… cambiamos y punto.
Deja una respuesta