Ayer sucedieron bastantes cosas que me indignaron un poco. Como en tantos aspectos de la vida, si no todos, habrán tantas opiniones como personas (unas las respeto otras me resbalan) pero ésta es la mía. Resulta que ayer se supo (al menos ayer me enteré yo) que Marc Márquez, piloto campeón de Moto GP, había llevado su domicilio fiscal a Andorra con el objetivo de pagar menos impuestos. Este hecho desató las iras de muchísima gente criticando su acción.
Por supuesto este post no pretende ni defender ni atacar a Marc (piloto por el que no tengo ninguna simpatía ni todo lo contrario, de hecho creo que sólo he visto dos o tres carreras en las que haya participado, creo que eso lo dice todo) sino mostrar mi opinión con su acción. Por un lado soy partidario de los impuestos y también creo que estos deben de ser escalables en función del sueldo de las personas de forma que el que menos cobra pague menos y el que más cobra pague más (aparte de los indirectos). Dicho esto, creo que lo que se paga en impuestos en España ya no es ni mínimamente normal y estamos en un nivel que podemos hablar de robo al ciudadano y, sobre todo, a la clase media.
Pretender convertir ahora mismo al piloto en chivo expiatorio no deja de ser demagógico. Es uno más de tantísimas personas que se acogen a pagar los impuestos fuera, pero no dejan de ser una parte nimia. La parte del león está en la cantidad de injusticias que se comenten en nuestro país con estos temas, donde vemos que en función de dónde hayas nacido o lleves tu domicilio fiscal pagarás unos impuestos, en función de a quién conozcas en Hacienda te abrirán o no una inspección (sólo hay que ver el caso Bankia), las Sicav, fueros trasnochados, conceptos compensatorios salariales que pagan o no pagan impuestos (veamos el sueldo de nuestros políticos) y un larguísimo etcétera.
Y es que el problema verdadero está en la propia idiosincrasia de los ciudadanos y un ejemplo de ello lo vemos en la siguiente gráfica que vi en un tuit de Isaac Jiménez (@isaacj):
Lo primero que tengo que decir sobre la gráfica anterior es que desconozco el estudio, la procedencia y la metodología que se ha empleado (la he solicitado pero todavía no me ha llegado), pero la utilizo porque (y puede ser una imprudencia) me cuadra bastante con lo que estoy viendo en el día a día. Tanto en comentarios de conocidos, usuarios de redes sociales, políticos y demás.
Viendo la gráfica anterior lo que me queda claro es que vivimos en una sociedad enferma en la que la meritocracia no existe. Una sociedad donde la gente quiere vivir el sudor del de enfrente antes que del sudor de su frente. Es cierto que vivimos tiempos muy duros en los que hay gente luchando de forma brutal por poder salir adelante, gente que hace más horas que un reloj… pero en el fondo pensamos que es justa una redistribución de la riqueza por el mero hecho de que el otro no tiene por qué ganar más que yo.
Si no valoramos el esfuerzo, el talento, la lucha por la mejora… sólo nos queda subir los impuestos ya que, por un lado, los mejores y los que tengan oportunidad no dejarán de irse, y por otro, porque la gente cae en una acomodación laboral ya que ¿para qué me voy a esforzar si haga lo que haga al final vamos a ganar todos lo mismo? Evidentemente no tendría sentido.
Esa escalada de impuestos, una vez más (como ha ocurrido tantas veces en la historia) sólo terminará con una sociedad quebrada, injusta, con unos impuestos desequilibrados y a la carta, donde las reglas no son las mismas para todos y terminamos con este atraco a Hacienda armada. Y finalmente no nos quedará más que la bancarrota… al tiempo.
¿Qué queremos culpar a Marc de todos los males? Me parece cojonudo, pero os aseguro que lo entiendo a la perfección. Es más si mi Startup despegase no dudaría en mudarme a un país en que se pagase menos impuestos y me permitiese competir en igualdad con mi competencia ya que lo que ocurre en España no es ni mínima mente normal.
Curiosamente a la mayoría de los que suelo escuchar criticar a los deportistas por sus regímenes fiscales no les suelo escuchar criticar a los Bardenes, Almodovares, Bosés y demás familia progre y demagógica. Pero que también tengan claro dos cosas, una es que estos tienen sus propios paraísos fiscales y la segunda es que estos nunca vendrán a socorrerlos.
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