El otro día por Facebook pude leer a un individuo, pintor de profesión, que se rasgaba las vestiduras porque decía que había personas que con menos de tres mil seguidores en Twitter se atrevían a dar cursos y conferencias de marketing online e incluso sobre Twitter, lo cual a él le parecía toda una incoherencia.
En primer lugar, me parece una temeridad enorme juzgar los conocimientos de una persona por la cantidad de sus seguidores, bueno más que una temeridad una gilipollez, y especialmente me lo parece en temas de marketing online y redes sociales. Conozco grandes expertos en muchas materias que ni siquiera tienen una cuenta de Twitter, y que hable de esto una persona que de Marketing no tiene npi pues ya…
Como persona curiosa que soy, no pude evitar entrar en su cuenta de Twitter para ver su gestión y la verdad es que era genial. Si, tenía ocho mil y pico seguidores, pero también seguía a seis mil y pico. Vamos, todo un ejemplo de segmentación y del juego del “yo te sigo si tú me sigues” (para que luego vaya dando lecciones). Pero si mirabas su timeline: primero, no para de hacer spam y, segundo, igual te habla de las bragas de Sharon Stone, que te de la Pantoja o te menciona algo de campo de concentración de Mauthausen. Una coherencia argumental estupenda.
Su Facebook es lo mismo, spam, spam y más spam, y de vez en cuando trata de montar polémica con lo que sea para tener un minutito de gloria. Bastante triste la verdad.
Pero, ¿de qué estás hablando? ¿Quién te has pensado que eres para ir dando lecciones? En el fondo, creo que lo que pasa es que le jode que no le llamen a él para que hable de nada.
Esta gente es muy cachonda, porque cíclicamente te los encuentras y como son superhombres de las redes sociales (así se consideran ellos) les invitas a que lleven profesionalmente algunas cuentas y siempre responden lo mismo: “A mí es que me aburren” o “Yo paso”. Vamos, no es que no puedan y en el fondo tenemos suerte porque si se pusiesen… nos dejarían a todos en paro, pero no quieren. Venga va… no me jodas (al final lo voy a utilizar como hashtag).
Estrategias para conseguir seguidores hay muchas y muy sencillitas.
- Podemos jugar al yo te sigo si tu me sigues.
- Creamos una cuenta cachonda y tuiteamos gilipolleces. Cuando tengamos bastantes seguidores… le cambiamos el nombre de usuario.
- Lo automatizamos todo y volvemos al tiempo a ver qué ha pasado con ella.
- Podemos marcarnos un “Rajoy” y comprar seguidores como locos.
- …
- O podemos currar de verdad.
Hay herramientas profesionales que te permiten crecimientos exponenciales. Por ejemplo, hace tres años, para un cliente, conseguimos un crecimiento de 3000 seguidores mensuales para cada una de un conjunto de cuentas de Twitter con las que trabajamos. ¿Mérito? Pues no, estrategia y trabajo. ¿Me vas a valorar por mis seguidores? Pues entonces es que eres muy limitado. Además, ¿cómo sabes que es la única cuenta que utilizo? Ains…
La persona que conozco que más cosas puede hacer con una cuenta de Twitter tiene 53 seguidores y yo haría de todo menos cabrearla. ¿Le propondría una conferencia? Por supuesto, pero declinaría porque quiere tener un perfil bajo.
A mí, personalmente, la cantidad de seguidores me dice muy poco. Dependerá de la política de seguidos que cada uno tenga, por qué esté en la red social y cuál sea su objetivo.
Mira, si ves un curso o una conferencia con un ponente y piensas que te puede aportar algo… apúntate. Si piensas que no vale la pena y que no tienen nada que aportarte… pasa. Si te ves con el suficiente valor… trata de ofrecerlo tú. Pero no malmetas por un puñetero minuto de gloria. La vida es más fácil.
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